¿Como o donde se archivan en la memoria los sucesos que nos construyen como personas? ¿De que manera la mente cataloga estos mínimos espacios de tiempo? ¿Como se dispone lo que se guarda o lo que se desecha? ¿Por que determinados elementos olores o acontecimientos gatillan en nuestra mente la remembranza de lo que luego se convertirá en anécdota? ¿Qué aspecto tendrían estos archivadores de recuerdos si alguien decidiera llevarlos a la plástica? Son quizás algunas de la preguntas que se planteo la autora antes de realizar la exposición “Compendio en tres tomos...”
Ahora, lo que vera el espectador al observar las siguientes instalaciones mixtas, entre Tri-dimensionalidad y bi-dimensionalidad aplicada en dibujos y escritura, es un objeto andrógino que busca ser escuchado por todo aquel que se atreva a leerlo, y es en su amplitud de componentes donde se proyecta la multiplicidad de interpretaciones tan amplias e inacabadas como las conjeturas acerca de la mente humana.
Entonces ¿Que es lo que se descubre al examinar estos recipientes o lo primero que se pregunta el espectador al divisar tres contenedores blancos de poco mas de medio metro y otros tres muestrarios de vidrio bastante mas pequeños? si los mas pequeños son de vidrio y aparentemente no contienen nada, por descarte los mas grandes devén esconder lo que los otros enuncian mas arriba, y si como cualquier ser humano se es curioso, atraerá mas la atención las dimensiones de estas cajas que proyectan una sensación perturbante y atrayente a la vez, así resultará imperiosa la intención de abrir y desellar las inmaculadas cajas, tan limpias, pequeñas e inviolables.
Pero si se abre la primera portezuela asomara un texto, una historia, disuelto detrás de imágenes de composición y atmosfera propias, elementos que se fusionan en una sola intención de narrarse a través de esta memoria contenida e impuesta en cada gesto. Observaran también que estos envases ordenados en pares se distribuyen no solo por casualidad ya que al narrar esta historia expresan además una señal de temporalidad de antes y después, más y menos, orden y desorden, trama y fieltro, todos repetidos en cada sección que conforman los correspondientes.
La desbordada paleta de elementos se ve delimitada por la “historia particular”, subjetiva y espiritual, acerca de la relación de un “objeto particular” con la memoria interior de una “persona particular”, y que cuenta a través de estas piezas la esencia de una vida, que parece estar compuesta como en las escenas de una película o tomos de un libro.
Si se buscase resumir una historia personal en tan solo una serie de objetos, estos intentarían decir más de lo que son capaces y por esto cada uno debería poseer las cualidades de simbolizar varias cosas a la vez, e igualmente penetrar en el inconciente del espectador.
Ahora, lo que vera el espectador al observar las siguientes instalaciones mixtas, entre Tri-dimensionalidad y bi-dimensionalidad aplicada en dibujos y escritura, es un objeto andrógino que busca ser escuchado por todo aquel que se atreva a leerlo, y es en su amplitud de componentes donde se proyecta la multiplicidad de interpretaciones tan amplias e inacabadas como las conjeturas acerca de la mente humana.
Entonces ¿Que es lo que se descubre al examinar estos recipientes o lo primero que se pregunta el espectador al divisar tres contenedores blancos de poco mas de medio metro y otros tres muestrarios de vidrio bastante mas pequeños? si los mas pequeños son de vidrio y aparentemente no contienen nada, por descarte los mas grandes devén esconder lo que los otros enuncian mas arriba, y si como cualquier ser humano se es curioso, atraerá mas la atención las dimensiones de estas cajas que proyectan una sensación perturbante y atrayente a la vez, así resultará imperiosa la intención de abrir y desellar las inmaculadas cajas, tan limpias, pequeñas e inviolables.
Pero si se abre la primera portezuela asomara un texto, una historia, disuelto detrás de imágenes de composición y atmosfera propias, elementos que se fusionan en una sola intención de narrarse a través de esta memoria contenida e impuesta en cada gesto. Observaran también que estos envases ordenados en pares se distribuyen no solo por casualidad ya que al narrar esta historia expresan además una señal de temporalidad de antes y después, más y menos, orden y desorden, trama y fieltro, todos repetidos en cada sección que conforman los correspondientes.
La desbordada paleta de elementos se ve delimitada por la “historia particular”, subjetiva y espiritual, acerca de la relación de un “objeto particular” con la memoria interior de una “persona particular”, y que cuenta a través de estas piezas la esencia de una vida, que parece estar compuesta como en las escenas de una película o tomos de un libro.
Si se buscase resumir una historia personal en tan solo una serie de objetos, estos intentarían decir más de lo que son capaces y por esto cada uno debería poseer las cualidades de simbolizar varias cosas a la vez, e igualmente penetrar en el inconciente del espectador.
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